Al inicio de mi experiencia como profesora de canto, hace 20 años, la figura del logopeda se reducía al profesional al cual se le derivaban los casos de alumnos con patologías diagnosticadas, para la reeducación vocal, especialmente en voz hablada.
Habitualmente se suspendían las sesiones de canto, hasta que logopeda y foniatra creyesen conveniente volver a trabajar con la voz cantada.
Y aunque compartiendo alumnos, poco contacto se tenía con este profesional; a lo sumo un informe de la evolución y el trabajo realizado al final del proceso de rehabilitación.
Entonces, el alumno, a menudo tenía la sensación de no saber cómo gestionar las pautas del logopeda en su exigencia vocal cantando, y cómo sumar todo el aprendizaje adquirido a los consejos de su profesor de canto o coach, ya que podían, incluso, ser contradictorios.
¿Qué sabe el logopeda de la exigencia vocal que tiene el repertorio de fulanito?, recuerdo haber escuchado en reuniones de profesores de canto, cuando se evaluaban resultados de alumnos, y quizás con razón nos hacíamos esta pregunta.
Así que , ya en esa época, pensaba lo fascinante que podría ser compartir un protocolo de trabajo común, y de esta forma, hacer del trabajo de rehabilitación o reeducación vocal de un cantante, una etapa mucho más gratificante, un proceso más rápido y compacto.
El logopeda es una figura fundamental en la rehabilitación vocal, ya que es el profesional que también trabaja los problemas de la voz hablada —en cuya mejora los profesores de canto no vamos a enfocarnos—, pero que es imprescindible para que el aprendizaje vocal del cantante sea completo.
Por otra parte, cuando el alumno o paciente se ve inmerso en un problema vocal —con o sin lesión en las cuerdas vocales—, el trabajo en equipo, hará que se sienta plenamente acompañado por unos profesionales que trabajan unidos por su interés; y esto va a potenciar su motivación y a garantizar el éxito de los resultados.